Todo comienza en el verano de 1977 cuando José López, mi querido padre, me propone instalar un choripan al paso, pero ninguno de los dos entendíamos del tema, ya que por circunstancias de la vida ambos nos dedicábamos a trabajos diferentes en rubros muy alejados de la gastronomía en general, y la parrilla en particular. Mi padre y yo, él con 55 años y yo con 20, decidimos emprender el camino hacia la creación de nuestro negocio, una auténtica parrilla argentina, aunque sin saber las consecuencias. Ocho meses más tarde, con nuestro esfuerzo y la ayuda de grandes amigos, abrimos las puertas y encendimos el fuego de Parrilla Checho, bautizada así por el apodo de mi padre. Al calor de la amistad de familiares y vecinos de este, nuestro pago del barrio Rivadavia, nació Parrilla Checho. Aunque también es necesario recordar el paso por aquí de muchísimas celebridades que con el pasar de los años ya se han convertido en paisanos amigos de este rodeo, y sin los cuales nuestra parrilla no sería lo que es hoy día. Hoy, con más de 34 años en el rubro gastronómico, y en el quehacer parrillero, nuestro emprendimiento es toda una institución a la hora de hablar de asado.

 

Así fue que, sin saber las consecuencias, logramos construir algo más que un choripan al paso, y algo más que un lugar en dónde comer asado. Creamos una parrilla que es un lugar de encuentro con amigos, un lugar para ir a compartir como en casa. Creamos confianza y una trayectoria que traspasó el tiempo y las modas gourmet, creamos barrio y tradición, conservando nuestra identidad y esencia parrillera. Es así que desde hace más de 34 años, desde ese primer asado de inauguración, continúa encendido el fuego de nuestra parrilla llenando de magia, día a día, el paladar y corazón de nuestros comensales y amigos. Es mi deseo que este libro oficie, al igual que un auténtico asado argentino, de un gran encuentro con usted, mi lector, logrando asar al fuego de la práctica y el aprendizaje el mejor asado de todos para nuestro disfrute criollo.